Escondido en la casa de dios. Un curita de dudoso habito,. Vicioso y declarado cristiano,. Hace dos años fue condenado,. Por obligar a una joven,. A darle gusto con la mano,. Bien gustas del vicio pagano,. No se en los cielos,. Si has sido condenado,. Más del pecado gustas,. De un buen botín,. Y no te basta delinquir,. Con una pobre beata,.

El lugar que he elegido para errar tranquilamente. La ceremonia continuó con cierta precipitación, ya que la ligera brisa se volvía ventisca. Sin embargo, Arturo se sentía reconfortado, una vez reconocida la extraña empatía que le brindaba ese mundo esencial, que Laura tanto había amado, con su propio dolor. Ahora incluso ese dolor le parecía más liviano. Y, por primera vez en dos días, Arturo sintió una extraña sensación de consuelo, un alivio inimaginabl.